Comentario
La construcción de edificios religiosos durante el siglo XVIII en Francia ciertamente poco tiene que ver con el Rococó. Durante la primera mitad del siglo se eleva un buen número de iglesias en el norte y en el este con una característica común, el utilizar como soporte la columna. Otro campo importante es el de la rehabilitación y restauración de edificios góticos, pero aunque se dedica a ello un buen número de maestros, tampoco incide especialmente en la materia que estamos tratando.El gusto de la época casi prácticamente queda reducido a los interiores, pues la iglesia de San Luis en Versalles del año 1743, obra de Mansart de Sagonne, en su aspecto exterior conserva un aspecto bastante clásico y el proyecto para la fachada de la iglesia de San Sulpicio de París de Meissonnier no se llevó a la realidad. Este dibujo, presentado en 1726, lo encontraba Blondel falto de lo que nosotros llamaríamos una estética de estructura. La doctrina clásica exige que un edificio para ser agradable tiene que aparentar ser tan fuerte como en efecto debe serlo, cosa que no ocurre en éste. Los motivos barrocos italianos de Borromini a Guarini se entremezclan con un cierto aire de tradición medieval del gótico francés.La fachada ejecutada de San Sulpicio, aunque sin terminar, se corresponde con el proyecto vencedor en el concurso de 1732, presentado por Servandoni (1695-1766). Este arquitecto y pintor florentino fue un gran decorador y escenógrafo, organizador de fiestas en toda Europa, alabado por Diderot y por Blondel como restaurador del buen gusto.Como acabo de comentar, es en las sillerías de coro, en las boiseries, en los retablos y tabernáculos donde realmente puede hablarse del gusto rococó. Ya aludí a los altares proyectados por Meissonnier, y del mismo Servandoni es el dibujo para el baldaquino de la iglesia de los cartujos de San Bruno en Lyon en el que parece haber participado Soufflot.